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Mito o realidad
23 Dic 2014
De seguro tus padres en algún momento te ha dicho que tienes que esperar una hora después de comer antes de meterse la piscina o al mar. ¿Pero es una mito o una realidad?
Existe la creencia de que al comer la sangre disponible en el cuerpo se irá al estómago para ayudar a la digestión, por lo tanto los miembros no tendrán el suficiente flujo sanguíneo para realizar alguna actividad, por lo que si vas a nadar podría darte calambres.
Es verdad que la sangre fluye al estómago después de una buena comida. Estando ahí se ocupa de absorber los nutrientes, dejando menos de este preciado líquido para repartir oxígeno y remover productos de desecho de las otras partes del cuerpo. Pero, ¿es la sangre la que provoca calambres?
La verdad es que tenemos suficiente sangre para mantener un funcionamiento perfecto de todas nuestras partes tras una comida. De hecho, algunos nadadores profesionales comen inmediatamente antes de una competencia para tener la energía necesaria para un buen desempeño.
También durante el ejercicio, nuestro cuerpo produce adrenalina, que en realidad ayuda a llevar oxígeno a los músculos que más lo necesitan. E incluso si un calambre afectara a un nadador en alguna parte específica del cuerpo, es muy poco probable que fuera tan severo como para causar un ahogamiento.
La realidad es que nadar con el estomago lleno puede incomodar a quien realiza el ejercicio y, en algunos caso, puede derivar en el vómito. Por lo tanto, siempre y cuando no planees nadar largas distancias, es perfectamente seguro darse una chapuzón tras haber comido.