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Rosario se encontraba en el ataúd de un sacerdote amigo suyo.
07 Mar 2014
El Papa Francisco admitió haber robado el rosario de un amigo sacerdote suyo, con esto el Sumo Pontífice admite haber incumplido el séptimo pecado. Francisco admitió que, cuando aún era joven, en Buenos Aires, se rindió a «ese ladrón que hay en todos» y robó una pequeña cruz del ataúd de un amigo sacerdote para guardarla como recuerdo.
«De repente, ese ladrón que todos tenemos dentro de nosotros apareció en mi mente. Mientras depositaba las flores, tomé la cruz que estaba en el rosario y, aplicando algo de fuerza, la saqué» dijo el Papa.