El escándalo se apoderó del congreso. Durante la interpelación del primer ministro, Juan Jiménez, sobre seguridad ciudadana, los insultos comenzaron a desatarse entre los congresistas.

Todo empezó cuando el legislador Jorge Rimarachín comenzó a hablar de los “narcoindultos” en referencia a las conmutaciones de penas a acusados por narcotráfico durante el gobierno aprista. Ademas, se hizo alusión a los socios de Kenji Fujimori, presuntamente vinculado a este delito.

Kenji Fujimori le pidió pruebas sobre lo que el congresista hablaba. Alejandro Aguinaga llamó a Rimarachín “imbécil” y “extorsionador” por denuncias anteriores.

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