Con el inicio de las clases, no solo de los niños si no también de los universitarios, es necesario tener en cuenta qué hábitos de estudio son los que benefician el aprendizaje. Entre ellos están: 

1) Dormir bien: los jóvenes que no duermen bien tienen más riesgo de sufrir problemas en el rendimiento intelectual. Lo ideal es dormir entre siete y ocho horas al día.

2) Evitar distracciones: el tiempo y el espacio dedicado al estudio deben servir solo para estudiar. Hay que alejarse del televisor, cerrar las páginas de Facebook, etc.

3) Repasar lo que se ha aprendido: se debe estudiar diariamente. No un día antes del examen; esta costumbre facilita notablemente el aprendizaje de las materias.

4) Organizarse: se trata de establecer prioridades, armar agendas, definir compromisos, en fin.