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Ambas mascotas convivían en armonía.
10 Feb 2015
La muerte del perro de la familia enlutó no solo a los miembros de la misma, sino también a su fiel compañera: una robusta gata color caramelo.
La partida del animal llevó a la felina a un estado de depresión. No comía ni corría de un lado a otro como solía hacerlo.
Al ver esto, la dueña de las mascotas no tuvo mejor idea que, en honor a su perro fallecido, mandar a hacer una estatua. Le puso su viejo collar que llevaba desde cachorro y la colocó en la chimenea.
Grata fue su sorpresa cuando casi de inmediato la gata color caramelo corrió a abrazar la estatua de su amigo fallecido.