Un gracioso Golden Retriever falló rotundamente en una competencia de velocidad y obediencia al desviar su atención con los objetos distractores que habían en la pista.
El can no contuvo su voraz apetito y ganas de jugar que no pudo terminar la competencia por si solo, sino que necesito de la ayuda de su dueña, que muy avergonzada lo condujo hasta la meta.