Australia y Nueva Zelanda son dos países que han logrado aplanar la curva de contagiado con coronavirus en sus respectivos territorios. Por un lado, Australia, que cuenta con menos de 25 millones de habitantes, registra 6300 contagiados y 61 decesos. Por otro lado, Nueva Zelanda, con 5 millones de habitantes, tiene 1300 casos de contagia con coronavirus y 9 decesos.

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Si analizamos porcentualmente estos números, se verá que solo el 0.02% y 0.03% de la población, respectivamente, ha sido infectada con el Covid-19. La tasa de mortalidad se encuentra por debajo del 1%.

“No podemos sentirnos satisfechos. Ya hemos visto lo que ha pasado en Singapur y recientemente en Suecia y otros países”, dijo el martes el primer ministro australiano, Scott Morrison.

Las pruebas para detectar el coronavirus se hacen masivamente en Nueva Zelanda y en Australia, que es el país del mundo que realiza el mayor número de estos exámenes patológicos.

Es así que en Australia se aplica la estrategia “Ricitos de Oro”, en alusión al cuento infantil en donde la protagonista busca el punto medio, al ordenar el confinamiento, pero también dejar que sigan las actividades productivas esenciales. Por otro lado, mantienen abiertas las escuelas y guarderías para los padres que tienen que desplazarse a sus centros de trabajo.

“Nuestra cifra de casos puede que sea bajo, pero no supone que hayamos derrotado al virus”, precisó la mandataria de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, uno de los pocos países del mundo que ha implementado la estrategia nacional para “erradicar” al virus.